Este caso representa un ejemplo destacado de cómo la defensa de los derechos ante una negligencia médica puede generar resultados positivos. Nuestro despacho obtuvo una resolución administrativa favorable, que estima parcialmente la reclamación presentada en representación de nuestra cliente.
El caso involucró un grave error diagnóstico durante las primeras semanas de gestación, tras un tratamiento de inseminación artificial.
Los hechos del caso
La paciente acudió al servicio de urgencias del Hospital Clínico San Carlos debido a síntomas de disuria mientras cursaba un embarazo incipiente. En dicho centro, se realizó una ecografía que arrojó un diagnóstico erróneo: “gestación ectópica” (embarazo fuera del útero).
La ginecóloga que atendió el caso recomendó la interrupción inmediata del embarazo mediante la administración de Metrotexate, un medicamento empleado para la finalización terapéutica de gestaciones.
En consultas posteriores, se descubrió que el diagnóstico inicial había sido incorrecto. El embarazo no era ectópico; en realidad, se trataba de un embarazo gemelar intrauterino, con ambas vesículas vitelinas y latidos cardíacos. Sin embargo, el daño ya estaba hecho.
La administración del medicamento provocó la interrupción de la gestación, ocasionando un aborto inevitable y eliminando cualquier posibilidad de llevar el embarazo a término.
Este error no solo generó un daño físico a la paciente, sino también un impacto emocional profundo, pues la ilusión de un embarazo gemelar se vio truncada debido a una actuación médica negligente.
La resolución administrativa
Tras presentar la reclamación, el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) emitió una resolución administrativa que reconocía la responsabilidad patrimonial de la administración.
La evaluación del caso concluyó que un diagnóstico correcto habría ampliado significativamente las posibilidades de que el embarazo llegara a término, lo que subraya la gravedad del error cometido.
En sus términos, la resolución destacó que la responsabilidad patrimonial busca garantizar la reparación integral del daño, asegurando que la paciente reciba una indemnización que compense las lesiones sufridas y le permita quedar en una posición lo más similar posible a la que tendría de no haber ocurrido la negligencia.
El valor de este caso
Este caso no solo ejemplifica la importancia de actuar frente a un funcionamiento anormal de los servicios sanitarios, sino que también pone en evidencia el impacto devastador que un error diagnóstico puede tener en la vida de una persona.
Más allá del daño físico, el error afectó la confianza de nuestra cliente en el sistema sanitario, generando una situación de pérdida emocional y psicológica difícil de cuantificar.
La resolución favorable obtenida por nuestro despacho no solo compensa los daños sufridos, sino que envía un mensaje claro sobre la importancia de exigir un estándar elevado en la atención médica.
En situaciones de alta sensibilidad, como las relacionadas con el embarazo, el deber de diligencia debe ser absoluto, y los errores no pueden ser tolerados.
Agradecemos a nuestra cliente por confiar en nuestro equipo en un momento tan difícil y reiteramos nuestro compromiso de seguir trabajando para garantizar que las víctimas de negligencias médicas obtengan justicia.
Este caso nos motiva a continuar defendiendo los derechos de quienes enfrentan situaciones injustas en el ámbito de la salud.