Este caso refleja con crudeza cómo una omisión en la atención médica urgente puede tener consecuencias irreversibles. La falta de actuación inmediata por parte del servicio de emergencias derivó en el fallecimiento de una mujer que presentaba síntomas clínicos graves y evidentes.
La esposa de nuestro cliente comenzó a sufrir una grave hinchazón en las piernas que le impedía caminar, junto con dificultad respiratoria creciente. Su marido, preocupado por el rápido deterioro de su estado, realizó varias llamadas al 112 solicitando asistencia médica urgente, incluso pidiendo explícitamente una ambulancia para trasladarla al hospital.
Pese a las reiteradas llamadas, no se envió ningún recurso sanitario al domicilio. En su lugar, un médico de guardia simplemente pautó medicación ansiolítica por vía telefónica, sin valorar personalmente el estado de la paciente. La última llamada fue para comunicar su fallecimiento.
Frente a esta actuación negligente, nuestra abogada especialista en derecho sanitario, Clara Lozano Gallego, presentó una Reclamación de Responsabilidad Patrimonial contra el Servicio de Salud de Cantabria, argumentando que la omisión vulneró los principios básicos de la lex artis ad hoc.
La resolución administrativa estimó parcialmente la reclamación, señalando en sus conclusiones:
“…debió haberse valorado a la paciente presencialmente, dado que la sintomatología podía ser indicativa de un cuadro grave, como efectivamente sucedió. La ausencia de actuación constituye un error asistencial.”
Como consecuencia, se reconoció al cónyuge una indemnización de 61.926,23 €, en compensación por los daños y perjuicios derivados del fallecimiento de su esposa, cuya vida pudo haberse salvado con una simple visita médica domiciliaria.
Comentario
En situaciones de urgencia, cada minuto es vital. Este caso subraya la importancia de que los servicios de emergencia actúen con responsabilidad y criterio médico. Desde Bley Abogados, defendemos con firmeza a quienes han perdido a un ser querido por negligencias médicas, buscando no solo justicia, sino también mejoras reales en los protocolos sanitarios.