Este caso muestra cómo una mala praxis médica en el diagnóstico y seguimiento de síntomas neurológicos puede tener consecuencias devastadoras. La falta de actuación diligente por parte del sistema sanitario provocó lesiones permanentes a un paciente joven, cuya calidad de vida ha quedado profundamente deteriorada.
Un hombre de 35 años acudió a su médico de atención primaria tras sufrir fuertes dolores de cabeza y cuello. Fue derivado al Servicio de Traumatología del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.
A pesar de que algunas pruebas ya sugerían una posible lesión, no se le informó adecuadamente de los resultados ni se continuó con el estudio clínico necesario, omitiéndose nuevas pruebas que habrían permitido un diagnóstico precoz.
Durante dos años, el paciente soportó síntomas persistentes y debilitantes como mareos, vértigos, parestesias y cefaleas intensas, que limitaron sus actividades diarias y su vida laboral. Cuando finalmente se le diagnosticó un meningioma cerebral, ya era tarde: la lesión había evolucionado hasta un punto en que su extirpación completa no era posible.
Durante la intervención quirúrgica de urgencia, además, el paciente sufrió una quemadura de segundo grado en la región submaxilar, así como un edema lingual causado por una mordedura bajo anestesia. Las secuelas han sido devastadoras: pérdida auditiva, movimientos oculares involuntarios, desviación de la columna y necesidad continua de rehabilitación vestibular.
Nuestra letrada, Clara Lozano Gallego, presentó una Reclamación de Responsabilidad Patrimonial contra el Servicio Madrileño de Salud, alegando falta de diagnóstico y seguimiento médico adecuados.
En su resolución, el Servicio reconoció una indemnización de 95.078,84 € por los daños ocasionados al paciente. No obstante, el procedimiento sigue abierto, ya que hemos interpuesto un recurso contencioso-administrativo para reclamar la totalidad de la cuantía solicitada, en vista de la gravedad del perjuicio.
Comentario
Este caso evidencia la importancia de realizar una valoración clínica adecuada ante síntomas neurológicos persistentes. Ignorar señales de alarma o demorar un diagnóstico puede derivar en consecuencias irreversibles. En Bley Abogados, luchamos para que estas situaciones no queden impunes y para que los afectados y sus familias obtengan el reconocimiento y la reparación que merecen.