Este caso de negligencia médica en otorrinolaringología evidencia las graves consecuencias que puede tener un diagnóstico tardío y un seguimiento inadecuado por parte del sistema sanitario.
Nuestra clienta acudió en 2009 al servicio de otorrinolaringología del Servicio Catalán de Salud tras experimentar pérdida de audición. Durante nueve años de consultas, los especialistas atribuyeron sus síntomas, de forma errónea, a un Síndrome de Ménière no confirmado, sin realizar pruebas diagnósticas específicas que pudieran aclarar el origen real de la dolencia.
A pesar de que la paciente continuaba manifestando pérdida auditiva progresiva y dolor localizado en el oído, los médicos no solicitaron estudios de imagen para descartar otras patologías más graves.
No fue hasta que la paciente perdió completamente la audición en uno de sus oídos que se ordenó una prueba de imagen, la cual reveló la presencia de un neurinoma del acústico —un tumor benigno que afecta al nervio vestibulococlear.
Desafortunadamente, debido al retraso diagnóstico de casi una década, el tumor había crecido considerablemente, haciendo necesaria una cirugía de alto riesgo. Aunque la intervención fue exitosa en términos oncológicos, la paciente sufrió graves secuelas neurológicas, quedando completamente dependiente y con un grado de discapacidad reconocido del 80%, además de ser declarada en Gran Invalidez por el INSS.
Procedimiento Legal y Sentencia
Ante esta situación, presentamos una Reclamación Patrimonial contra el Servicio Catalán de Salud por el evidente fallo en la atención médica. Aunque la reclamación fue inicialmente desestimada en vía administrativa, decidimos recurrir a la vía judicial.
Contando con la colaboración de un perito neurólogo y un otorrinolaringólogo, pudimos demostrar la relación directa entre la falta de seguimiento adecuado y las graves secuelas sufridas por la paciente.
El tribunal reconoció el funcionamiento anormal del servicio sanitario y condenó a la aseguradora del Servicio Catalán de Salud, RELYENS, a pagar una indemnización destinada a compensar los daños físicos, emocionales y económicos causados por la negligencia.
Comentario
Este caso ilustra cómo un seguimiento médico inadecuado puede tener consecuencias devastadoras en la vida de una persona. La falta de un diagnóstico oportuno no solo privó a la paciente de un tratamiento más sencillo y menos invasivo, sino que también la condenó a vivir con secuelas permanentes que afectan su autonomía y calidad de vida.
Si bien ninguna indemnización puede revertir los daños sufridos, el reconocimiento judicial proporciona un sentido de justicia y apoyo financiero esencial para afrontar los desafíos diarios derivados de la gran invalidez.
Casos como este subrayan la importancia de contar con abogados especializados en negligencias médicas, capaces de luchar por los derechos de los pacientes afectados por errores médicos evitables.