mujer preocupada por posible negligencia medica en parto con ventosas

Negligencia médica en parto con ventosas obstétricas

¿Qué es el parto con ventosa y por qué se utiliza?

Durante el parto, a veces se presentan complicaciones que dificultan que el bebé nazca de forma natural. En estos casos, los médicos pueden recurrir a instrumentos que les ayuden a guiar al bebé hacia el exterior. Uno de los más comunes es la ventosa obstétrica, también conocida como extractor por vacío.

La ventosa consiste en una especie de copa de silicona o metal que se coloca en la cabeza del bebé. Esta copa se conecta a una bomba que genera succión, ayudando a tirar del bebé mientras la madre empuja. Es una técnica que se considera menos agresiva que el uso de fórceps, pero no está exenta de riesgos.

Se suele utilizar cuando el parto se ha alargado más de lo habitual, cuando hay signos de que el bebé está sufriendo o si la madre no puede empujar con suficiente fuerza. Aunque puede ser útil en muchos casos, su uso debe ser muy controlado, ya que una mala práctica puede causar daños importantes tanto al bebé como a la madre.

Puedes leer más sobre negligencia médica durante el parto o sobre los problemas durante el parto que pueden derivar en una reclamación legal.

¿Cuándo el uso de ventosa puede considerarse una negligencia médica?

Aunque el uso de la ventosa está aceptado en obstetricia, hay situaciones en las que su aplicación puede ser inadecuada o incluso peligrosa. Cuando no se siguen los protocolos médicos establecidos, se puede hablar de negligencia médica.

Por ejemplo, si la ventosa se utiliza sin necesidad real, solo para acelerar el parto sin justificación clínica, el profesional puede estar incurriendo en una mala praxis. También es negligente si se emplea en condiciones que la contraindican, como cuando el bebé no está bien posicionado o si hay signos de desproporción pélvico-cefálica.

Otra situación grave ocurre cuando se hace un uso excesivo de fuerza, se realizan demasiados intentos o se mantiene la succión durante demasiado tiempo. Todo esto puede provocar lesiones graves al bebé y, en muchos casos, se podría haber evitado con una actuación médica más prudente o con una cesárea a tiempo.

Además, la falta de consentimiento informado también puede ser motivo de reclamación. Si no se explica a la madre los riesgos del procedimiento o no se le dan opciones, se están vulnerando sus derechos como paciente. En estos casos, también se puede considerar que ha habido una actuación negligente.

Una madre preocupada por un posible parto con ventosas

Consecuencias para el recién nacido: lesiones asociadas al mal uso de ventosas

Cuando la ventosa se utiliza de forma incorrecta, el bebé puede sufrir lesiones físicas al momento de nacer. Algunas de estas lesiones son leves y desaparecen con el tiempo, pero otras pueden dejar secuelas permanentes.

Una de las lesiones más frecuentes es el cefalohematoma, una acumulación de sangre entre el cuero cabelludo y el cráneo. Aunque puede parecer menor, en algunos casos puede derivar en ictericia grave o infecciones. También pueden producirse hematomas, cortes o inflamaciones en el cuero cabelludo del bebé.

En los casos más graves, un mal uso de la ventosa puede causar daño neurológico, como hemorragias intracraneales o parálisis del nervio facial. Estas lesiones pueden tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo del bebé y requieren seguimiento médico y terapias específicas.

Algunos recién nacidos también pueden sufrir fracturas en el cráneo o lesiones en el cuello por la fuerza de tracción. Estos casos deben investigarse cuidadosamente para determinar si el daño fue inevitable o si se trató de una negligencia médica evitable.

Consecuencias para la madre: ¿qué complicaciones pueden surgir?

Aunque muchas veces se habla solo de las consecuencias para el bebé, el uso de la ventosa también puede provocar lesiones importantes en la madre. Algunas son físicas y otras, emocionales, pero todas deben ser tenidas en cuenta.

Una de las complicaciones más comunes es la aparición de desgarros vaginales o perineales graves. La presión y tracción que se ejerce durante un parto con ventosa puede aumentar el riesgo de que los tejidos se rompan, lo que puede derivar en dolor persistente, infecciones o problemas al volver a tener relaciones sexuales.

También puede haber hemorragias postparto, que en algunos casos requieren intervenciones urgentes. Estas hemorragias no solo afectan físicamente a la madre, sino que generan estrés, miedo y complicaciones en el inicio del vínculo con el bebé.

Además, muchas mujeres que han vivido un parto instrumental con ventosa, especialmente si no fueron informadas o si se sintieron forzadas, desarrollan trastornos emocionales como ansiedad, depresión postparto o incluso estrés postraumático. Sentirse poco escuchada o mal atendida durante el parto puede dejar una huella profunda.

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Casos reales y sentencias

En los últimos años, se han registrado numerosas sentencias en las que los tribunales han reconocido que el uso de la ventosa durante el parto causó daños evitables tanto al bebé como a la madre. Estos casos muestran que la justicia puede actuar cuando se demuestra que hubo una negligencia médica real.

Por ejemplo, hay sentencias en las que se ha condenado a centros sanitarios por utilizar la ventosa de forma repetida y agresiva, provocando hemorragias cerebrales o lesiones neurológicas en recién nacidos. En muchos de estos casos, se demostró que una cesárea a tiempo habría evitado las secuelas.

También existen fallos en los que se reconoce el daño emocional sufrido por la madre, sobre todo cuando no se respetó su derecho a decidir o cuando no se le informó adecuadamente sobre los riesgos del procedimiento. En algunos casos, se han concedido indemnizaciones importantes por las secuelas físicas y psicológicas.

Si bien cada caso es distinto, estos precedentes legales demuestran que reclamar es posible y que existen vías para obtener reparación. Tener el acompañamiento de un equipo legal especializado en negligencias médicas puede marcar la diferencia entre un proceso difícil y una oportunidad para hacer valer tus derechos.

¿Qué derechos tienen los padres? ¿Cómo reclamar por una negligencia?

Si crees que tú o tu bebé habéis sufrido una lesión por el uso indebido de una ventosa durante el parto, es importante que sepas que tienes derecho a reclamar. Nadie debería pasar por esto sin recibir explicaciones ni asumir que “son cosas que pasan”.

El primer paso es recopilar toda la documentación médica: historia clínica, informes del parto, evolución del recién nacido y cualquier prueba diagnóstica posterior. Esta información será clave para valorar si se actuó conforme a los protocolos o si hubo negligencia profesional.

Después, es muy recomendable acudir a un equipo legal especializado en negligencias médicas. Ellos podrán revisar tu caso junto con peritos médicos y ayudarte a iniciar un procedimiento de reclamación, que puede ser administrativo, civil o incluso penal, dependiendo de la gravedad.

La ley reconoce el derecho a una indemnización si se demuestra que hubo un daño evitable, así como el derecho a que se reconozca lo ocurrido. Más allá del aspecto económico, muchas familias buscan también justicia, reparación y respuestas. Y no están solas: hay caminos para conseguirlo.

Isabel-Bonilla-Abogada
Abogada derecho sanitario en  | 913 609 722

Abogada especialista en derecho sanitario y responsabilidad civil profesional, experta en valoración del daño corporal.

Licenciada en derecho y periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid, máster en práctica jurídica por el Centro de Estudios e Investigaciones Jurídicas, título especialista en Valoración del daño corporal por la Universidad Complutense de Madrid y especialista en Incapacidades Laborales Permanentes por el ICAM.

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