La negligencia médica puede cambiar vidas, y este caso es un claro ejemplo de ello. Una paciente fue sometida a una histeroscopia ginecológica, un procedimiento que debía ser seguro y controlado.
Sin embargo, el ginecólogo a cargo incurrió en mala praxis médica, causando daños irreparables.
Además de la negligencia durante el procedimiento, se detectó que el consentimiento informado firmado por la paciente no cumplía con los requisitos legales.
Este documento, que debía informar claramente sobre los riesgos y alternativas del procedimiento, resultó ser insuficiente, lo que añadió un grave incumplimiento ético y legal.
Consecuencias para la Paciente
Como resultado de esta negligencia, la paciente desarrolló el Síndrome de Asherman, una condición uterina que impide la concepción, incluso a través de técnicas de reproducción asistida.
Este diagnóstico devastador afectó profundamente su vida personal y emocional, eliminando la posibilidad de formar una familia por métodos naturales o asistidos.
Proceso Judicial y Sentencia
Gracias a la experiencia de nuestra abogada especializada en derecho sanitario y negligencias médicas, se inició un proceso judicial sólido.
Con el apoyo de un dictamen pericial de un especialista en ginecología, se demostró que las secuelas sufridas por la paciente eran consecuencia directa de la negligencia durante la histeroscopia.
En el juicio, se presentaron pruebas contundentes que incluyeron el interrogatorio de testigos y peritos, así como un análisis detallado del deficiente consentimiento informado.
La juez a cargo dictaminó que dicho documento no cumplía ni mínimamente con los requisitos legales exigidos, como establecen numerosas sentencias del Tribunal Supremo.
Además, se rebatió con éxito la defensa de la contraparte, que argumentaba que la paciente ya presentaba un historial de esterilidad. Se logró demostrar que, antes del procedimiento, existía una probabilidad significativa de éxito mediante tratamientos de fecundación in vitro, ahora imposibles debido al daño ocasionado.
El fallo del tribunal fue claro: condena al ginecólogo y a su compañía aseguradora al pago de más de 100.000 € en concepto de indemnización, incluyendo intereses y costas procesales.
Reflexión Final
Este caso subraya la importancia de exigir una atención médica de calidad y el cumplimiento estricto de los derechos del paciente, especialmente en procedimientos delicados como los ginecológicos.
La resolución no solo ofrece justicia a la paciente afectada, sino que también sirve como recordatorio de la responsabilidad que los profesionales de la salud tienen hacia sus pacientes.