¿Qué es la Parálisis Braquial Obstétrica?
La parálisis braquial obstétrica es una lesión que ocurre en el momento del parto. Afecta a los nervios del plexo braquial, una red nerviosa que controla el movimiento del hombro, brazo y mano del recién nacido.
Esta lesión sucede cuando los nervios del bebé se estiran o se dañan durante el nacimiento. Puede ocurrir por una maniobra médica brusca o cuando el bebé queda atascado y hay que hacer fuerza para sacarlo.
En los casos más leves, la recuperación puede ser rápida. Pero en situaciones más graves, el bebé puede perder movilidad o sensibilidad en el brazo afectado. A veces, estos daños pueden ser permanentes.
Muchos padres no conocen esta lesión hasta que un médico la diagnostica. Por eso es importante entenderla desde el principio y conocer sus posibles causas.
Estas lesiones nerviosas durante el parto pueden causar una pérdida parcial o total de movimiento, conocida como parálisis braquial. Es una consecuencia directa de que el plexo braquial haya sido estirado o dañado en el momento del nacimiento.
¿Cuáles son las causas comunes durante el parto?
La parálisis braquial obstétrica suele estar relacionada con complicaciones durante el parto. La más frecuente es la distocia de hombros, cuando el hombro del bebé queda atascado tras salir la cabeza.
En estos casos, el personal médico puede aplicar fuerza excesiva para liberar al bebé. Esto puede dañar los nervios del cuello y el hombro, especialmente si se tira del brazo o del cuello con demasiada intensidad.
Entre los factores de riesgo se encuentran partos donde se emplearon instrumentos como la ventosa, especialmente si su uso fue inadecuado o causó complicaciones. También influyen un bebé de gran tamaño (macrosomía), o un trabajo de parto muy prolongado o excesivamente rápido.
No siempre que ocurre una lesión hay negligencia, pero cuando se combinan estos factores y no se actúa con cuidado, puede haber responsabilidad médica.
¿Qué secuelas puede dejar la Parálisis Braquial Obstétrica?
Las secuelas dependen del grado de daño en los nervios. En casos leves, el bebé puede recuperar la movilidad con fisioterapia temprana. Pero no siempre es así.
Cuando la lesión es más grave, pueden quedar limitaciones permanentes en el movimiento del brazo. El niño podría no poder levantarlo, girarlo o usarlo con fuerza.
También pueden aparecer deformidades con el crecimiento, porque el brazo afectado se desarrolla menos que el otro. En algunos casos, la mano o los dedos también se ven comprometidos.
Más allá del aspecto físico, estas secuelas pueden generar frustración, dependencia o dificultades sociales, especialmente cuando el niño empieza la escuela o la vida adulta.
Hoy en día, muchas personas adultas viven con las secuelas de una parálisis braquial obstétrica sufrida al nacer, sin haber recibido un diagnóstico claro o sin saber que su lesión pudo haberse evitado. Esto refuerza la importancia de informar, prevenir y actuar a tiempo.
¿Qué significa una lesión del plexo braquial C5 y C6?
Cuando se habla de una lesión del plexo braquial C5 y C6, se está nombrando la parte del sistema nervioso afectada por la parálisis. C5 y C6 son los nombres de dos nervios cervicales que forman parte del plexo braquial, una red que controla el movimiento del hombro, brazo y mano.
Estas lesiones son frecuentes en la parálisis braquial obstétrica, sobre todo en su forma más común: la parálisis de Erb-Duchenne. Ocurre cuando el cuello del bebé se estira con fuerza durante el parto, dañando los nervios que salen de las vértebras cervicales 5 y 6.
Cuando se lesionan estos nervios, el bebé puede tener dificultades para mover el hombro, levantar el brazo o flexionar el codo. Es común que el brazo quede pegado al cuerpo, girado hacia adentro y con el puño cerrado.
¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse la parálisis braquial obstétrica?
El tiempo de recuperación varía según la gravedad de la lesión. En los casos más leves, algunos bebés recuperan movilidad en pocas semanas o meses, sobre todo con fisioterapia temprana.
Sin embargo, si la lesión es más grave —por ejemplo, si hay desgarro o ruptura de los nervios— la recuperación puede ser lenta, parcial o incluso inexistente, sin intervención médica especializada.
A los 3 o 4 meses, los especialistas suelen valorar si el bebé ha tenido una mejoría significativa. Si no es así, puede ser necesario considerar opciones como la cirugía del plexo braquial.
En muchos casos, la rehabilitación puede extenderse durante años, e incluso en la edad adulta pueden persistir secuelas funcionales o estéticas.
Cada caso es único, pero el diagnóstico precoz y el seguimiento especializado son claves para mejorar el pronóstico y decidir si la lesión pudo haberse evitado o agravado por una mala praxis.
¿Cuándo puede considerarse mala praxis médica?
La mala praxis médica ocurre cuando un profesional no actúa según los estándares médicos esperados, causando daño evitable al paciente. En el caso de esta lesión, puede ser por maniobras mal ejecutadas durante el parto.
Si el equipo médico no detectó a tiempo una situación de riesgo —como un bebé demasiado grande o una posición complicada— y no tomó las precauciones necesarias, podría considerarse negligencia médica.
También puede haber mala praxis si, ante una complicación, el personal usó fuerza excesiva o recurrió a técnicas que aumentaban el riesgo de dañar los nervios del bebé.
No se trata solo del daño en sí, sino de si se pudo prevenir y si se actuó con el cuidado que exige una situación tan delicada como el parto.
Ante la duda, consulta con abogados especializados en negligencias médicas
Si tu hijo ha sido diagnosticado con parálisis braquial obstétrica, y sospechas que pudo haber un error durante el parto, es fundamental actuar con información y apoyo legal especializado.
Este tipo de casos requiere revisar toda la documentación clínica, desde los informes del parto hasta los seguimientos posteriores. Para saber si ha habido mala praxis médica, es necesario el análisis conjunto de un equipo legal y un perito médico especializado.
No todos los errores médicos son negligencia, pero si hubo una actuación incorrecta o poco cuidadosa que causó daño evitable, tienes derecho a saberlo y a defender los intereses de tu hijo.
En nuestro despacho, combinamos experiencia jurídica y conocimiento médico para evaluar cada caso con el rigor que merece. Si tienes dudas, ponerte en contacto a tiempo puede marcar la diferencia.
Abogada especialista en derecho sanitario y responsabilidad civil profesional, experta en valoración del daño corporal.
Licenciada en derecho y periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid, máster en práctica jurídica por el Centro de Estudios e Investigaciones Jurídicas, título especialista en Valoración del daño corporal por la Universidad Complutense de Madrid y especialista en Incapacidades Laborales Permanentes por el ICAM.