Desprendimiento de placenta por negligencia médica

mujer embarazada con posible desprendimiento de placenta en un hospital

¿Qué es el desprendimiento prematuro de placenta?

El desprendimiento prematuro de placenta es una emergencia obstétrica crítica que consiste en la separación parcial o total de la placenta del útero antes del nacimiento del bebé.

Aunque ocurre aproximadamente en el 1% de los embarazos, puede ocasionar consecuencias graves e incluso mortales tanto para la madre como para el feto si no se trata adecuadamente.

Entre los síntomas más característicos destacan el sangrado vaginal intenso, el dolor abdominal repentino y persistente, así como patrones anormales en la frecuencia cardíaca fetal, presentes en cerca del 60% de los casos.

Sin embargo, no siempre aparece sangrado visible, lo que puede complicar el diagnóstico temprano.

Las causas específicas del desprendimiento no están completamente claras, pero se han identificado factores de riesgo significativos que aumentan su probabilidad.

Los más importantes son los trastornos hipertensivos durante el embarazo, antecedentes personales de desprendimiento placentario, traumatismos abdominales, tabaquismo, infecciones intrauterinas, edad materna avanzada y diversas alteraciones vasculares.

Un control médico riguroso puede reducir notablemente estos riesgos mediante intervenciones oportunas.

Consecuencias del desprendimiento para madre e hijo

El desprendimiento prematuro de placenta puede ocasionar efectos graves a corto y largo plazo.

En la madre, la complicación más inmediata es la hemorragia masiva, que si no se controla oportunamente podría llevar al shock hipovolémico, poniendo en riesgo su vida.

En situaciones graves y ante un sangrado imposible de controlar, podría ser necesario realizar procedimientos quirúrgicos urgentes como una histerectomía (extirpación del útero), con consecuencias físicas y emocionales significativas.

Además, la hemorragia severa puede causar daños permanentes en órganos vitales como riñones e hígado.

En cuanto al feto, la principal consecuencia del desprendimiento es la falta de oxígeno o hipoxia fetal.

Esta falta de oxígeno puede provocar desde sufrimiento fetal agudo hasta daños neurológicos permanentes, parto prematuro o incluso la muerte intrauterina. Aproximadamente entre el 40% y el 50% de los bebés sobrevivientes presentan algún grado de complicación asociada, que puede ir desde trastornos leves hasta discapacidades severas, como la parálisis braquial obstétrica.

Aproximadamente entre el 40% y el 50% de los bebés sobrevivientes presentan algún grado de complicación asociada, que puede ir desde trastornos leves hasta discapacidades severas.

mujer preocupada por el desprendimiento prematuro de placenta

El papel decisivo de la negligencia médica

La negligencia médica desempeña un papel crítico en la aparición o agravamiento de un desprendimiento placentario.

Esto ocurre especialmente cuando el personal médico no realiza un seguimiento adecuado en embarazos considerados de alto riesgo, ignora señales claras de complicación o retrasa de forma injustificada la atención urgente necesaria ante síntomas evidentes.

Ejemplos concretos de negligencia incluyen el no monitorear adecuadamente el bienestar fetal, desatender factores de riesgo conocidos como la hipertensión gestacional o antecedentes personales, y no reaccionar oportunamente ante señales de alarma como sangrado vaginal intenso o dolor abdominal persistente.

Esta falta de diligencia incrementa significativamente el riesgo de complicaciones graves, contribuyendo directamente al aumento de la morbilidad y mortalidad materna y fetal.

Es fundamental resaltar que muchas de las consecuencias graves relacionadas con el desprendimiento de placenta pueden evitarse si existe una adecuada vigilancia médica desde el embarazo hasta el momento del parto, asegurando intervenciones rápidas y eficaces cuando se requiera.

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Marco legal y cómo probar la negligencia médica

Cuando ocurre un desprendimiento prematuro de placenta asociado a negligencia médica, la ley permite que las personas afectadas busquen justicia mediante demandas por mala praxis.

Sin embargo, para que estas demandas prosperen es indispensable demostrar claramente cuatro elementos principales:

  • Primero, debe establecerse que existía un deber legal del profesional sanitario para cuidar correctamente a la paciente.
  • Segundo, es necesario probar que dicho profesional no actuó conforme a los estándares médicos aceptados, incurriendo así en una falta o incumplimiento.
  • Tercero, debe demostrarse una conexión causal directa entre la negligencia y el daño sufrido por la madre, el bebé, o ambos.
  • Finalmente, se debe acreditar que hubo un daño real, verificable y significativo como consecuencia de dicha negligencia.

En el contexto del desprendimiento placentario, los casos de negligencia frecuentemente implican no detectar oportunamente síntomas claros, retrasar indebidamente la intervención médica o ignorar factores de riesgo previamente conocidos.

Cuando se demuestra esta negligencia, las familias afectadas pueden acceder a una compensación adecuada por los daños físicos, emocionales y económicos sufridos.

Clara-Lozano-Abogada
Abogada derecho sanitario en  | 913 609 722

Abogada especialista en derecho sanitario y responsabilidad civil profesional.

Licenciada en derecho en la Universidad Carlos III de Madrid, máster en Acceso al Ejercicio de la Abogacía en la Universidad Carlos III de Madrid, especialista en Valoración del daño corporal por la Universidad Complutense de Madrid y con un curso superior en Seguridad Social y Derecho Laboral por el Centro de Estudios Financieros.

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